¿Cómo abordar el estudio de los pueblos nativos de América?
Publicado: Jueves 22 de Marzo de 2007, 15:13

Se suelen distinguir básicamente tres tipos de fuentes:
Fuentes escritas: crónicas de conquistadores, de religiosos, de funcionarios, etc. Documentación oficial (informes de gobernantes, cartas, mensajes, visitas, reglamentos, etc, ); diarios de viajeros, exploradores, científicos y misioneros; demandas y pleitos judiciales; solicitudes, denuncias, entre otras. La lectura crítica y la confrontación de esta fuentes escritas requiere de una metodología de trabajo riguroso.

Fuentes orales: Hay discusión acerca de la fidelidad de este tipo de fuentes pero sin duda constituyen un aporte valiosos. La oralidad y la memoria de los opueblos transmitida de generación en generación permite la sobrevevivencia de prácticas y tradiciones . Mitos, leyendas, poesíeas, canciones, rituales, etc, relatan hechos históricos, dan cuenta de nombres, genealogías, códigos, principios y muchos otros datos útiles para el investigador.

Fuentes materiales: los restos materiales obtenidos en los yacimientos arqueológicos constituyen una fuente de información muy rica, en particular, para períodos en los cuales no existen otros tipos de fuentes. El arqueólogo infiere y analiza a partir de la disposición de los objetos in situ, de la variedad de los objeteos o piezas, de la antigüedad de los mismos, etc. Los avances actuales en este campo son notables y están aportado a la renovación de teorías y conceptos tradicionales. Existen hallagos recientes en muchas áreas de América que ofrecen claras evidencias acerca de la diversidad de adaptaciones y de estrategias de vida desarrolladas por los hombres desde tiempos tempranos.

Agregamos a este listado las fuentes propias del mundo indígenas: Códices, quipus, estelas, glifos, chilam balam, etc. Todas estas expresiones del quehacer indígena son cada vez mejor interpretadas y pese a las limitaciones que aún ofrecen, contienen información elaborada por los mismos pueblos nativos. Este tipo de fuentes refleja en muchos casos valoraciones simbólicas e ideológicas, aspectos muy difíciles de comprender “desde afuera” de los mismos.

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