Alcances de la política del Virrey Toledo en el Perú
Publicado: Martes 15 de Septiembre de 2009, 10:05

El arribo de Toledo puso de manifiesto un cambio notorio en el ordenamiento del virreinato del Perú. La Corona lo había elegido y destinado a América del sur precisamente por sus cualidades personales y su trayectoria, confiándole la ardua tarea de reorganizar el virreinaro peruano. El paquete de reformas era muy amplio y tenía derivaciones políticas, socilales, económicas y culturales. La aplicación del mismo fue muy conflictiva pero logró afianzar el poder de la Corona en el espacio andino.
Hacia 1570, Toledo llegó justo en momentos críticos en los cuales hacía falta poner límite a muchas cuestiones que ponían en peligro el control español. Algunos de los problemas que el nuevo virrey debió atender fueron los efectos colaterales de la guerra civil desatada entre Pizarro y Almagro. También debió modificar las condiciones de sobreexplotación que provocaban la gran baja demográfica de la población indígena; el poder excesivo de los encomenderos y procurar revertir la poca rentabilidad de la explotación minera. Además, Toledo llegó sabiendo de la problemática que generaba el movimiento del Taki Ongoy en Huamanga y la resistencia del estado Neoinca en Vilcabamba, dos conflictos muy distintos entre sí pero ambos ligados a la reacción de los nativos frente a la conquista. Durante su gestión logró estratégicamente poner fin a estas resistencias lo cual contribuyó para que afianzara su poder en el virreinato.
Uno de los mayores desafíos de la política toledana fue restarle poder a los encomenderos y reemplazarlos por la nueva figura del corregidor, reforma que tuvo efecto relativo ya que, los primeros buscaron el modo de seguir disponiendo de sus encomiendas y los segundos tendieron a prácticas irregulares.
Con respecto a las poblaciones indígenas, Toledo procuró que las mitas (trabajo forzado) fueran remuneradas y que las condiciones de trabajo a las que estaban sometidos los indígenas mejoraran pero los resultados fueron muy parciales ya que las comunidades nativas se vieron cada vez más jaquedas por las imposiciones tributarias. Asimismo, el orden tradicional y la capacidad productiva de los ayllus se vio comprometido por la necesidad de responder a las demandas de los españoles.
En definitiva, la gestión toledana logró, en buena medida, consolidar las instituciones coloniales y aumentar la explotación minera del cerro de Potosí con buenos dividendos para las arcas reales. En contrapartida, la situación de las comunidades indígenas se profunndizó.
Toledo fue quien dio un giro importante al caos reinante en la llamada “Etapa Premial” imponiendo ajustes necesarios frente al desenfreno que había generado la conquista inicial. El gobierno de Toledo marca la transición hacia una etapa nueva conocida como la del “Estado Consolidado”.

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